A mediados del siglo Xvl, se descubrieron minas de plata en Taxco, Pachuca, Guanajuato y Zacatecas; tales hallazgos obligaron a que se redoblaran los esfuerzos para someter a los nativos de esas regiones.
Junto a las minas surgían ciudades prósperas, muchos mineros acumularon fortunas, las minas ocupaban esclavos y trabajadores asalariados; a veces, éstos últimos recibían una ganancia extra según el metal que sacaban. Las ciudades necesitaban alimentos y otros productos; en su derredor surgieron haciendas y pueblos, al igual que sucedió en los caminos, para protegerse de los indígenas hostiles.

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